sábado, 9 de marzo de 2013

Maraton 3/Capítulo 21



Un mes más se había pasado en nuestras vidas, los chicos de un lado para el otro con todo lo de su nuevo disco que estaba pronto a salir y yo, bueno yo seguía igual, uno que otro trabajo por distintos lugares además de el del bar que era mi trabajo principal, y disfrutar de mis amigos, amigas y obviamente de mi hermoso novio. Ya son casi seis meses de novios con Harry, y simplemente no me arrepiento de nada de todo lo que hemos pasado juntos, desde el momento que nos conocimos, hasta ahora, dónde me encontraba felizmente enamorada.

-No te hartas de esto – le murmure a Harry entre dientes mientras mirábamos los distintos baldes de pintura. 

- ¿Qué cosa? – me preguntó el sin entender, mientras volvía a entrelazar su mano con la mía, mientras que en la otra llevaba el balde de pintura. 

-De que te sigan a cada parte que vayas – dije haciendo una pequeña seña con mi cabeza al paparazi que estaba a unos metros de nosotros, sacándonos fotos. 

- Al principio si, pero a esta altura evito tomarlos en cuenta, no saco nada en ir contra ellos – suspiró – solamente quedare como un prepotente, y no lo soy, así que tu tranquila.

- Lo sé, solo que me es incómodo – le confesé, al momento de de pararnos para hacer la fila para pagar por el balde de pintura.

- Para mi también cariño, simplemente ignóralos – me sonrío, para luego depositar un casto beso en mi frente. Como siempre tenía las palabras justas para calmarme. 

Salimos de la tienda tomados de la mano mientras un millón de flashes se pegaban a nosotros, yo solo pude sonreír, y cinco segundos después baje mis lentes de sol debido a que la luz de la cámara molestaba bastante, ahora entiendo porque los chicos siempre andaban con lentes de sol a la mano, son anti-paparazi totalmente. 

-Hemos llegado – murmuró Harry mientras abría la puerta de su nuevo departamento. Era bastante espacioso, una gran cocina, un salón dividido en dos secciones, y tres habitaciones, y tan solo quedaba a unas cuadras más lejos que el de Louis, por lo tanto no se había alejado tanto, ni de mi, ni de los chicos. 

- Se ve más grande aún con las cosas – comente mirando el salón y cocina que ya estaban totalmente implementadas, solo faltaba la última habitación, la habitación de Harry. Hace un mes que Harry se había comprado el departamento pero no le había dicho a nadie – excepto de mi- si no que de a poco empezó a amueblarlo el solo, pintando las habitaciones como el quería, estaba haciendo lo que el quería, armar su hogar, a su gusto. 

- Me agrada como esta quedando – me sonrío feliz, al ver el resultado de su propio trabajo. 

-Y a mí – le sonreí de vuelta - ¿Vamos a por tu habitación ?

-Vamos – dijo mientras dejaba su bolso a un lado del mío, y partiamos en dirección a su habitación que era la única que todavía no había sido tocada.

-Tenemos un gran trabajo – le dije mientras tomaba mi pelo en una coleta y tomaba una de las brochas que Harry había comprado para mí, ya que él tenía un rodillo para pintar más rápido. 

- Pero nada que no podamos hacer juntos – me guiño un ojo, mientras le ponía play al equipo de música y Coldplay llenaba la estancia. 

Entre conversaciones banales y pequeñas risas empezamos a darle un suave color azul a toda la habitación, eran cuatro grandes paredes que teníamos que pintar, pero teníamos tiempo de sobra, hoy día era un día para disfrutar nosotros solos, compartiendo este momento tan simple como es pintar una habitación. 

-Tu turno – me dio un suave empujoncito

-¿En verdad quieres que lo haga? – pregunte temerosa, tenía miedo de arruinarlo

- Tranquila, si no sale bien le pasamos una nueva mano de pintura – me sonrío desde el suelo, ya habíamos terminado de pintar la habitación pero Harry quería algo especial en ella, y digamos que pintar se me daba fácil, en especial dibujar de forma artística las letras, me encantaba.

- Conste que tu quisiste – di un gran respiro, y me subí a la mini escalera con la pintura plateada en una de mis manos y en la brocha la otra. Empecé con miedo a dibujarla, pero poco a poco me fui relajando y soltando la mano, me desconcentre totalmente del mundo y me dedique al cien a dibujar lo que mi novio quería, no se cuanto tiempo me habré demorado. Solo se que cuando partí todavía estaba el sol, y ahora que miro hacia afuera esta ya escondiéndose entre los edificios, y la luz de la habitación estaba prendida, ni cuenta me había dado cuando Harry la prendió. 

- Creó que termine – susurré, mientras sentía los brazos de Harry rodeando mi cintura, y como apoyaba su mentón en mi cabeza - ¿Te gusta?

- Te quedo perfecta Gabriela- dijo mientras ambos mirábamos la gran “H” que había diseñado para él, resaltaba considerablemente sobre el azul de fondo. Sentí como Harry me tomaba por el mentón y depositaba un pequeño beso en mis labios – Gracias

- No tienes que agradecer – conteste robándole un nuevo beso, mientras mis labios jugaban con los de él, subí lentamente mi mano dónde tenía la brocha aún con pintura fresca y la pase por su mejilla.

-¡Hey! – exclamo separándose de mí, con una sonrisa en sus labios.

- Ups, fue sin querer – dije haciéndome la inocente 

- Ya verás – dijo riéndose mientras tomaba mi mano para quitarme la brocha y sin darme cuenta ya tenía una gran mancha plateada en mi mejilla.

-¡Harry! – le grité riendo, mientras iba por el rodillo y lo pasaba por su espalda, el estaba sin camiseta, dejándole una gran marca azul.

Así empezamos una loca guerra de pintura, con Harry no podíamos dejar de reír, el rodillo lo pase alrededor de todo su torso mientras que él, con la brocha me mancho los brazos, mi pantalón, simplemente ambos quedamos impregnados de pintura.

-Suficiente, Suficiente – pidió Harry mientras yo estaba sobre él pintándole la cara porque había logrado quitarle la brocha.

- ¿Te das por vencido Styles? – le pregunte riendo mientras pasaba la brocha por sus labios

-Totalmente, eres la ganadora de la guerra de pintura cariño – dijo mientras respiraba agitadamente por todo el esfuerzo y la risa que teníamos ambos.

- Te queda bien el plateado en los labios – reí, mientras el se sentaba también entre risas, yo todavía seguía sobre el, nuestros torsos estaba casi completamente juntos.

- Y a ti el azul en el cabello – dijo mientras tomaba mi pelo y me mostraba los grandes manchones azules que tenía a él.

- ¿No te molestaría tener una loca novia de pelo azul? – pregunte riendo mientras pasaba mis brazos por detrás de su cuello

- Con tal que sigas siendo tú, si quieres tíñetelo de mil colores – susurró contra mis labios, para luego apoderarse de ellos tranquilamente. Tomo delicadamente mis labios inferior entre los suyos mientras pasaba sus brazos alrededor de mi cintura apegándome más a él, el sabor a pintura se sentía en nuestros labios pero eso no importaba. Su lengua jugó con la mía, mientras Harry jugaba en mi cintura con sus dedos y los míos en su pelo. Poco a poco se fue separándome de mí, dejando una suave mordida en mi labio inferior, haciendo que sonriera. 

- Te amo tanto – susurre a escasos centímetros de sus labios, incluso sentí sus labios rozar contra lo míos al formar esa sonrisa que yo tanto amaba.

- No más que yo a ti Gabriela, me cambiaste la vida – habló mirándome fijo a los ojos, haciendo que todo un escalofrío recorriera mi espalda, pero no un escalofrío malo si no que todo lo contrario. 

Yo solo pude sonreírle, mientras pasaba mi mano por su pelo alborotándolo, el solo me contemplaba fijamente, ese momento que estábamos viviendo era único, era un momento especial solo entre nosotros, y que solo un amor real podría tener. Harry acarició con cuidado mi mejilla, y yo acople mi rostro a ella para sentir más cercana su caricia. Yo con mis dedos dibuje sus ojos, su nariz, sus labios, su cuello, todo de el lo dibuje. Subí mi mirada hasta sus ojos verdes, que solo pude contemplarlos fijamente, para luego abrazarlo con fuerza y esconder mi rostro en su cuello, sus brazos me agarraban fuertemente apegándome contra él, sentí sus labios dejando un cálido beso en mi cuello. 

-Tengo algo para ti – hablo bajito en mi oído

- ¿De que hablas? – pregunte en el mismo tono, mientras me separaba un poco de él. Se estiro un poco y alcanzo su chaqueta que estaba con algunas pintas de la pintura, metió la mano en uno de sus bolsillos y sacó algo que no logre ver. 

- Quería dártelo cuando cumpliéramos los seis meses juntos – suspiró formando una sonrisa – pero creo que este es el momento justo

- Harry, no entiendo – dije desconcertada

- Tu solo cierra los ojos – me pidió – Vamos confía en mí ciérralos

- Esta bien – cerré los ojos y sentí como Harry se acomodaba bajo mío, y luego sentí sus brazos alrededor de mi cuello, y luego un leve peso en él.

- Ya esta, abre los ojos – murmuro mientras me daba un pequeño beso en mi nariz

Abrí mis ojos lentamente y baje mi mirada hacia mi cuello dónde sentía un peso, y al ver lo que estaba ahí mis ojos se llenaron de lágrimas, pero no de tristeza si no que de felicidad. Colgando de mi cuello estaba una cadenita de plata junto con un dije, el cual era la misma “H” que yo había dibujado para él, con la diferencia que atrás tenía una pequeña leyenda escrita “Te amo, HS”. 

-Harry… - fue lo único que pude murmurar

- ¿Te gusta? – preguntó temeroso

- Es hermoso mi amor – le respondí con una sonrisa mientras se me escapaba una lágrima que el limpio rápidamente. 

- Me alegro que te guste – dio un suspiro – Es para que cada vez que estemos separados, ya sea por las giras, tu trabajo o cualquier cosa. Mires la cadenita y sientas que yo estoy contigo en cada momento, justo al lado de tu corazón. 

- No estás al lado de mi corazón Harry – me miró extrañado – eres parte fundamental de él .

Ambos sonreímos para fundirnos en un nuevo beso, un beso cargado de amor y sentimiento debido al hermoso momento que habíamos vivido recién, creo que pocas personas tienen las conexión que tenemos nosotros, esa conexión mágica que puedes tener con alguien, yo la tenía al mil por ciento con Harry. Y tal como le había dicho el no podía estar a un lado de mi corazón, porque era parte de el, me atrevería a decir que el, era mi corazón. 


Las semanas pasaron y los chicos cada día estaban más ocupados, entrevistas por todos lados, sesiones de fotos. Casi no los había visto, simplemente a Niall y Liam que los veía dormidos cuando salía, simplemente les dejaba el desayuno o el almuerzo listo dependiendo de la hora que era. Con Harry las cosas estaban bien, mucho no podíamos habernos visto, pero todos los días me llamaba por las noches, me mandaba mensajes durante el día, y yo también a él. Quizás estábamos separados físicamente, pero nuestro amor nos mantenía unidos, eso nada lo cambiaría. 

-¿Dan? ¿Qué haces aquí? – pregunté sorprendida cuando me baje del escenario del bar, para el descanso.

- Me contaron que ahora andabas por los barrios altos, así que quise dar una vuelta – soltó una risita, sus ojos estaban rojos, así que asumí que estaba algo drogado.

- No hagas nada estúpido, es lo único que te pido – le hable mirándolo fijamente a los ojos

- Pero vamos, quien es la que rompía las reglas en todos los bares en los que caímos – soltó una risa burlona

- Eso es pasado Dan – espete seria 

- Todo lo que fue pasado, puede volver al presente – dijo acercándose peligrosamente a mí, tomándome por al cintura, automáticamente puse mis manos en su pecho para alejarlo, su aliento a drogas y trago se sentía. 

- No en mi caso Dan – mi corazón bombeaba a mil por hora, lo quisiera o no tenía que aceptar ese extraño efecto que Dan siempre ha tenido en mí.

- Piensas que no te puede pasar porque eres novia de un tonta estrella del pop – dijo amargamente alejándose de mi

- No hables de Harry, no lo conoces Dan – mi mirada estaba fija en la de él

- No necesito conocerlo para saber que es un estúpido, que jamás te hará feliz, no como yo – se volvió aproximar a mi, pero yo no me moví no iba a hacer nuevamente la niña indefensa que el pudo manejar a su antojo.

- Tú no sabes nada de él – dije palabra por palabra duramente – Y desde el momento que llegó a mi vida me ha hecho feliz, porque me cambió para bien no como tu que me ayudaste a hundirme.

- Si es así – su aliento llegó a marearme - ¿El te hace sentir esto?

Y de improviso sentí una de sus manos en mi cintura y otro en mi trasero, dejándome petrificada, no podía creer que Dan estaba haciendo algo así.

-Suéltame Dan – mi voz sonó furiosa

- ¿Y que si no lo hago? – preguntó el también fuertemente agarrándome fuertemente por el trasero

-¡Que me sueltes, imbécil! – exclame ya mas desesperada empujándolo

-¿Gabriela? ¿Está todo bien? – llegó en ese momento Rob a mi lado

- Si Rob tranquilo – dije agitadamente – Dan ya se iba ¿Cierto?

- Si nena, no te preocupes, ya me voy – una sonrisa malvada apareció en su rostro y luego desapareció entre la oscuridad del bar.

- ¿Segura que estas bien? ¿No te hizo nada? – me preguntó preocupado Rob mientras me tomaba por un brazo

- Si Rob, solo un mal momento – le conteste dándole una pequeña sonrisa.


Subí al escenario nuevamente junto con los chicos, y Rob no dejaba de preguntarme con la mirada si estaba bien a lo que yo solo movía mi cabeza afirmativamente. Luego de una hora más de cantar era mi hora de salida, lo único que quería era llegar a mi departamento y acurrucarme a un lado de mi hermano, en estos momentos lo necesitaba, el más que nadie – junto con Zayn – conocían todo lo que paso con Dan.

-¿Quieres que te acompañe? Estás nerviosa – preguntó Rob cuando me estaba despidiendo de él

- No tranquilo Rob, Harry vendrá por mí – mentí y fingí una sonrisa, luego de eso nos despedimos con un beso en la mejilla, y salí del bar para encontrar con una fría noche londinense. Me aferre a mi chaqueta y empecé a caminar con la mirada pegada al suelo, hasta que unos brazos me tomaron por la cintura dándome un susto de muerte

-¡Dan!, pero que demonios pasa contigo – grité agitadamente debido al susto

- Nuestra conversación no termino – dijo entre dientes él – No puedo creer que me hayas reemplazado, yo te sigo queriendo como siempre, te espere demonios, ¡Te espere!

- ¿Me esperaste? Dan me dejaste sola, me viste drogada a punto de morir y no hiciste nada me dejaste abandonada ¡de que mierda estas hablando! – le grite de vuelta indignada

- Lo sé, se que me equivoque – dijo rápidamente que casi no se le entendía – Pero tu dijiste que siempre estarías conmigo, ¡Lo prometiste mierda!

- Las cosas cambian Dan – hable más despacio, porque se estaba alterando y eso no era bueno – Nosotros juntos nos hacemos daños, o a caso olvidas las peleas, los golpes, TODO lo que vivimos juntos.

- Pero yo te quiero Gabriela, te necesito a mi lado – murmuro esta vez a punto del llanto juntando su frente con la mía mientras ponía una mano en mi mejilla – Tu eres parte de mi vida, te necesito para salir de esto

- Yo no puedo ayudarte Dan, tu eres capaz solo – murmure algo nerviosa por su cercanía.

- No Gabriela, no puedo solo, te necesito a mi lado, vuelve conmigo por favor – me suplicó, verlo tan indefenso me estaba partiendo el alma.

- No puedo Dan, yo ya di el paso y estoy bien, no puedo retroceder – le respondí – No puedo volver a caer en las drogas nuevam….

No pude terminar la idea que estaba diciendo porque los labios de Dan atraparon los míos suavemente, sus labios eran extraños, sentía el sabor a trago en ellos, eran ásperos, no eran suaves como a los que yo estaba acostumbrada no eran dulces, no eran como los de Harry, ¡HARRY!. 

-Dan, no – susurre separándolo de mí con un suave empujón, me di la vuelta rápidamente pero fue en ese momento que mi mundo se cayó, justo detrás de mí estaba Harry observando todo lo que había pasado, el no vendría por mi, el no tenía que ver nada de esto – Harry…

- No digas nada, no lo hagas – habló él, y pude notar sus ojos brillosos. Se dio la media vuelta y empezó a caminar en dirección contraria.

- Eres un imbécil, ¡ALEJATE DE MI! – le grite a Dan desesperada mientras le daba un empujón que por lo drogado que estaba cayó directo al suelo, pero no me importo, simplemente me di la vuelta y corrí hacia dónde estaba Harry - ¡Harry, Harry! ¡Espera, por favor!

- ¿Qué quieres? – preguntó duro dándose la vuelta haciendo que casi chocara contra su pecho.

- Harry, no es….- no me dejo terminar

- ¿No es lo que tu piensas? Por favor Gabriela, vi todo, desde el momento que te atrapó hasta que se besaron, no me vengas con idioteces – escupió duramente las palabras

- Pero Harry, por favor entiende no fue nada ¡El me besó! – me defendí a los gritos

- ¿Y no fuiste capaz de separarte de él? Estuviste más de 15 segundos o que se yo pegada a él, por favor Gabriela, no hay excusas – sus palabras eran acidas, y sus ojos agua, brillaban por las lágrimas que se estaba aguantando, en cambio yo dejaba que cayeran libremente por mis mejillas.

- Harry, por favor… perdóname – le suplique, el solo guardo silencio mirándome fijamente.

- Quédate tranquila, te perdono – eso prendió una pequeña esperanza en mi interior, peor que fue apagada rápidamente – Pero olvídate de mí

- Espera ¿Qué? – pregunté sin entender nada, mi mente no estaba funcionando

- Te perdono Gabriela - murmuró – Pero lo nuestro llega hasta aquí, tu y yo ya no somos nada, NADA. 
Sus palabras rompieron mi corazón en mil pedazos, el no podía terminar todo así, no de esta forma, yo lo necesitaba a mi lado, el lo era todo para mí.

-Harry, por favor no lo hagas – le suplique tomándolo del brazo cuando se giró para irse

- Yo no hice nada Gabriela, tu destruiste todo – murmuró sin darse vuelta – Te amo, pero no puedo estar contigo después de esto, esto es el fin Gabriela, Terminamos.

Solté su brazo, y vi como desapareció en la oscuridad, llevándose con él mi corazón, en pedazos.

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